14.4.11

La felicidad

Pero qué carajo es la felicidad? ¿Un estado de ánimo, una ilusión, una quimera, una palabra hueca, una excusa, un seudónimo, un sermón envenenado? ¿A quién y cómo alcanza la felicidad? ¿Debemos celebrarla si llega a nuestra vera? Como advierte mi amigo José María: ¿Para qué desear felicidad en las fiestas, si es en ellas cuando se da por entendida? ¿No es acaso esa fórmula social repetida hasta la saciedad en estos días una reiteración abusiva? 
Y es que solemos desear aquello mismo que nos alimenta el deseo, y en esa espiral acabamos por morderle la cola a la pescadilla, quise decir pesadilla. Pesadilla que alcanza el grado superior de la inconsistencia cuando nos acercamos a un gran almacén para dejarnos guiar por los gurús de la satisfacción, ellos sí, felices vendiendo pedazos de felicidad envuelta en papel de celofán.

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